¿Me da mi calaverita?

Hoy, entré que veía si podía ir o no a una expo de catrinas en donde participo un gran amigo, me acordé de algo de cuándo tenía unos 9 o 10 años.

Recuerdo que iba en la primaria y estaba en una clase de Español. Nos hacían leer en pareja y estábamos viendo uno de los libros de texto que traía una lectura que se llamaba “¿Me da mi calaverita?”, realmente no recuerdo muy bien el texto, pero a mí me tocó leer con un compañerito de ese entonces al que llamaremos “U”.

Él era un chico muy bueno, noble e inocente, de los mejores alumnos, recuerdo que reímos mucho con esa lectura a pesar de que el casi siempre estaba serio, siempre he tenido la mala costumbre de leer frases y darles entonaciones y fingir voces diversas, por lo cual la gente que me escucha leer siempre termina riendo aunque sean la seriedad en persona, leímos el título muchísimas veces y diciéndolo de varias formas. De ese momento, lo que más puedo rememorar es la risa de “U”, era una risa muy particular, era fuerte y divertida, era contagiosa, y desde ese día que lo hice reír con mis ocurrencias se volvió de mis mejores amigos durante la primaria. Salimos de la primaria y cada quién siguió su camino, nos dejamos de ver a pesar de que vivamos a unas cuantas calles, aunque me hubiera encantado seguir en contacto con él.

Él sigue muy presente en mi vida gracias a alguien muy cercano a mí qué lo conoció, pero esa persona no sabe que “U” y yo nos conocimos. La última vez que lo vi fue hace más de 3 años y sé que nunca más lo volveré a ver. “U” falleció hace casi 3 años de un modo trágico, cuando me entere lloré por horas, ya que nadie me aviso de su muerte hasta varias semanas después y creo que fue mejor así para poderlo recordar como lo hago, recordar su risa y sus gestos, su inocencia infantil y los juegos compartidos, El vestido rojo, su novena fiesta de cumpleaños y el agua de mango que nos preparo su abuelita.

“U”, gracias por dejarme recordarte así y dibujarme una sonrisa cada qué recuerdo lo de la calaverita.